Tipos de helados

Los helados son uno de los postres más consumidos y versátiles en todo el mundo. Su variedad es tan amplia que cada cultura ha creado versiones adaptadas a sus sabores y materias primas locales. Hablar de tipos de helados no solo implica mencionar sabores, sino entender cómo se clasifican según su composición, técnica de elaboración y presentación final.

En España, el consumo de helados no se limita al verano; cada vez más heladerías artesanales ofrecen opciones creativas durante todo el año, respondiendo a una demanda que combina tradición, innovación y preocupación por la calidad de los ingredientes.

En esta guía actualizada descubrirás cómo se agrupan los helados más comunes y qué características definen cada tipo, desde los clásicos helados de crema hasta opciones más ligeras como sorbetes y polos. Conocer estas categorías te ayudará a elegir mejor y a valorar la calidad de cada producto que disfrutas.

 

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Clasificación según composición y materia prima

Los helados se clasifican principalmente según su composición —esto es, la proporción de materia grasa, azúcar y otros ingredientes lácteos o no lácteos—. A continuación, se describen los tipos más habituales conforme a la normativa y clasificación común en la industria heladera.

Helados de leche

Son los helados elaborados con una base de leche entera o desnatada. Según la legislación alimentaria, deben contener al menos un 2,5 % de materia grasa láctea. Son menos cremosos que los helados de crema, pero mantienen un sabor suave y ligero. Algunos ejemplos incluyen los helados de sabores clásicos como vainilla o chocolate suave.

Helados de crema

Este tipo es uno de los más populares y se caracteriza por su alto contenido de grasa láctea, con un mínimo de 8 % de materia grasa. La proporción de proteína láctea también es mayor, lo que le aporta una textura más densa y cremosa. Son los favoritos para bases ricas como nata, turrón o avellana.

Helados diluidos o simplemente “helado”

Se conocen así aquellos helados que se sitúan entre los de leche y los de crema, con un contenido de materia grasa de al menos 5 %. Son comunes en versiones industriales con sabores variados, y suelen tener más aire incorporado, lo que reduce la densidad.

Helados de agua

A diferencia de los anteriores, estos no llevan grasa láctea, sino que se elaboran con agua, azúcar y, en muchos casos, zumo o pulpa de frutas. La legislación exige un mínimo de 12 % de extracto seco para garantizar sabor y textura adecuados. Dentro de esta categoría destacan los sorbetes, elaborados con un alto porcentaje de fruta, y los granizados, que se sirven en estado semi-líquido o con hielo triturado.

Helados mantecados

Son una variante tradicional muy apreciada en la repostería. Se elaboran a partir de una base de helado de crema o de leche, pero con la adición de yema de huevo (mínimo 4 %). El huevo actúa como emulsionante, aportando un sabor más intenso y una textura aún más rica. Este tipo de helado es típico en recetas artesanales y heladerías gourmet.

 

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Clasificación según técnica de elaboración

Otra forma de diferenciar los tipos de helados es atendiendo a cómo se elaboran, ya sea de forma industrial, artesanal o con métodos innovadores que han ganado popularidad en los últimos años. Cada técnica influye directamente en la textura, el sabor y la calidad del producto final.

Helados industriales
Son los más comunes en supermercados y grandes superficies. Se producen a gran escala mediante procesos automatizados que permiten fabricar grandes cantidades de forma rápida y rentable. Estos helados suelen contener aditivos, estabilizantes y mayor incorporación de aire, lo que da como resultado una textura más ligera y menor intensidad de sabor en comparación con los helados artesanales.

Helados artesanales
Se elaboran en pequeñas producciones, generalmente en obradores locales o heladerías familiares. Destacan por el uso de ingredientes frescos y naturales, sin aromas ni colorantes artificiales. Se añade poco aire durante el batido, logrando una textura más densa y cremosa. Además, los sabores suelen ser más intensos y personalizados, adaptándose a gustos locales o de temporada.

Helado soft (soft-serve)
Muy popular en cadenas de comida rápida y cafeterías, este helado se sirve directamente desde una máquina que mantiene la mezcla a temperatura justa para su consumo inmediato. Contiene un alto porcentaje de aire (entre un 30 % y 45 %), lo que lo hace extremadamente suave y ligero. Es habitual encontrarlo en cucuruchos o copas con siropes y toppings.

Helado de plancha fría o helado en rollo
Este método, originario de Tailandia, se ha hecho viral en ferias gastronómicas y redes sociales. Consiste en verter una base líquida de helado sobre una plancha congelada a unos −20 °C. La mezcla se extiende, se congela casi al instante y se enrolla con espátulas formando cilindros que se presentan en un vaso. Además de ser un espectáculo visual, permite personalizar cada porción con frutas, chocolates o galletas.

Categorías populares según presentación o estilo

Además de su composición y técnica de elaboración, los helados se distinguen por su presentación final, adaptándose a las preferencias culturales y a la creatividad de maestros heladeros en todo el mundo.

Gelato (helado italiano)
Es una de las variantes más famosas. Contiene menos grasa que el helado tradicional y se elabora con menor cantidad de aire, lo que le aporta una textura más densa y cremosa. En Italia es un símbolo de tradición y se consume durante todo el año.

Helado espagueti
Muy popular en Alemania, consiste en pasar helado de vainilla a través de una prensa especial para darle la forma de fideos. Se sirve cubierto con salsa de fresa (imitando la salsa de tomate) y virutas de chocolate o coco rallado que simulan queso rallado. Es una propuesta divertida y atractiva para niños y adultos.

Suflé helado
Este postre combina técnicas de repostería y heladería. Se prepara con una base de crema batida y yemas montadas, congelándose en moldes individuales. El resultado es un dulce esponjoso con un toque helado, ideal para ocasiones especiales.

Helado frito
Una versión original que sorprende por su contraste de temperaturas. Se forma una bola de helado, se reboza con masa o pan rallado y se fríe rápidamente en aceite muy caliente. El exterior queda crujiente mientras que el interior se mantiene frío y cremoso.

Cheesecake helada
Es la fusión de la clásica tarta de queso con la suavidad del helado. Se sirve en porciones, conservando la base de galleta y una capa superior cremosa que se congela, ofreciendo una textura firme y refrescante.

Semifreddo
Este postre de origen italiano mezcla merengue, nata montada y, en algunos casos, licor o frutas. Se caracteriza por su textura aireada y su temperatura ligeramente más elevada que la del helado convencional, de ahí su nombre (“semi-frío”).

Paletas o polos
Se elaboran a base de agua o leche, vertiendo la mezcla en moldes con palitos de madera. Pueden ser simples, cubiertos de chocolate o rellenos con frutas y cremas. Son prácticos, refrescantes y muy populares en climas cálidos.

 

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Consideraciones de salud y consumo responsable

Aunque los helados son un capricho delicioso y refrescante, conviene recordar que su consumo debe ser moderado. La mayoría de los helados comerciales contienen cantidades considerables de azúcares añadidos, grasas saturadas y, en algunos casos, aditivos que prolongan su conservación y mejoran la textura.

Para quienes buscan opciones más saludables, los sorbetes de frutas naturales o las paletas de agua son alternativas con menos calorías y sin grasas añadidas. Asimismo, cada vez más heladerías y marcas ofrecen variedades sin azúcar o sin lactosa, pensadas para personas con dietas específicas o intolerancias.

Un buen consejo para disfrutar del helado sin excesos es optar por porciones pequeñas, compartirlo o acompañarlo con frutas frescas. Además, preparar helado casero permite controlar la cantidad de azúcar y usar ingredientes de calidad, adaptándolo a las preferencias personales.

Los tipos de helados abarcan mucho más que una simple lista de sabores: detrás de cada categoría hay diferencias en ingredientes, técnicas de elaboración y formas de presentación que enriquecen la experiencia de consumirlos. Desde los cremosos helados de crema hasta los ligeros sorbetes, pasando por opciones innovadoras como el helado frito o el helado en rollo, cada variedad ofrece una forma única de refrescarse y disfrutar.

Conocer estas clasificaciones te permite elegir mejor según tus gustos, necesidades nutricionales o ganas de probar algo nuevo. Ahora que ya sabes cómo se agrupan y qué los distingue, ¿cuál es tu favorito? ¡Anímate a explorar nuevos sabores y comparte tu experiencia!

 

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